UX significa User Experience, o “experiencia de usuario”. Es un término muy usado en tecnología, pero su concepto es simple: cómo se siente una persona al usar un producto digital (app, sitio web, cajero automático, televisor inteligente, etc.).
No se trata solo del diseño visual. UX incluye:
- La facilidad para encontrar lo que se busca.
- Lo clara que es la navegación.
- Si la información es comprensible.
- Si el sistema responde rápido.
- Si el proceso tiene sentido y no genera frustración.

Un buen diseño UX permite que la persona se enfoque en lo que quiere hacer, sin pensar en cómo hacerlo. Cuanto más fluida y natural es la experiencia, mejor UX tiene el producto.
Por ejemplo, si compras algo online y el proceso es claro, rápido y sin obstáculos, eso es buena UX. Si tenés que buscar botones, llenar formularios confusos o esperar mucho, la UX es mala.
¿Por qué importa? Porque una mala experiencia hace que las personas abandonen el sitio, cierren la app o elijan otro servicio. Una buena experiencia fideliza, mejora la reputación y reduce costos de soporte.
UX no es solo diseño: es una inversión en eficiencia y satisfacción.